Me ha llevado unos días asentarme en la vida de Bali, así que estas reflexiones llegan un poco tarde a la fiesta... El 2019 para muchos, yo incluido, fue de despeje.
Limpieza y curación.
Y fue bastante intenso.
Este programa de 7 semanas es una exploración encarnada, de las facetas de lo femenino, a través de la lente de la sexualidad.
Lección tras lección, saliendo a la superficie para poder reconocerla, reconocerla, sanarla y limpiarla.
Fue un periodo de pruebas y de intentos, pero también estuvo repleto de algunos de los momentos más hermosos y emocionantes. Momentos de pura felicidad y momentos de máxima desesperación. Ondulantes como las olas del océano.
Sí, fue duro.
Pero a través del caos, a través de la destrucción, puedes encontrar la belleza colateral.
Cualquier dificultad por la que hayas pasado en 2019, déjalas en la puerta. Te sirvieron, cumplieron su propósito, te ayudaron a crecer sin medida.
Han limpiado los restos de la superficie para que las nuevas semillas puedan brotar con facilidad.
Me tomé un pequeño descanso a finales de 2019 para integrar todas las lecciones, mientras se asentaban los vientos finales del caos.
A veces la vida cambia de dirección rápidamente, pero son todas las lecciones que aprendes a lo largo de la vida las que te preparan para estos giros y vueltas.
Por un año nuevo mágico y abundante, lleno de amor y aventuras sin fin.